Alertan de que el consumo de alcohol incluso antes de la concepción puede causar malformaciones, físicas así como problemas en el comportamiento y estabilidad emocional
Se calcula epidemiológicamente que aproximadamente uno de cada cien recién nacidos podrían presentar el síndrome de alcoholismo fetal (SAF), la alteración más grave como consecuencia del consumo de alcohol durante el embarazo. Cada vez se habla más del llamado "espectro" del síndrome alcohólico fetal. Se trata de una afectación debida a la exposición prenatal del alcohol, pero de menor gravedad, que se manifestaría con unos síntomas más sutiles, y ésta podría ser diez veces más frecuente que el síndrome más grave, de manera que podría afectar casi a uno de cada cien nacidos. "Esta prevalencia sería una cifra equivalente a la de otros trastornos mentales graves como la esquizofrenia o el trastorno bipolar".
Los niños que tienen SAF como la afectación más leve pueden presentar alteraciones en el comportamiento, en la capacidad de concentración, de aprendizaje y adaptación a la escuela parecida a la que pueden tener los niños que tienen trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), incluso las manifestaciones clínicas pueden ser las mismas.
En este sentido, se puede señalar que ambos trastornos pueden confundirse y a medida que se acercan a la adolescencia los problemas tienden a agravarse, de manera que pueden tener mayor vulnerabilidad hacia el desarrollo de otros trastornos psiquiátricos, entre los que se encuentra el abuso de alcohol y drogas.
Las personas que manifiestan el síndrome:
"Son personas que además tienen dificultades en el razonamiento abstracto, y tienen dificultades en la comprensión de la complejidad de la relación social, son impulsivos, por lo que se pueden ver involucrados en actos delictivos, pueden acabar en prisión, y si no tienen la tutela de sus padres o institución que les guíe, el pronóstico de cara a cuando se hagan mayores se complica".
CERO ALCOHOL DURANTE EL EMBARAZO, LA ÚNICA PREVENCIÓN
En cuanto al tratamiento, lo más efectivo es la prevención, ya que es necesario concienciar de que el consumo de bebidas alcohólicas ha de ser cero. "Este trastorno es una de las causas más frecuentes de retraso mental, pero es la única causa que podría evitarse completamente si las mujeres se pudieran mantener sin beber alcohol durante todo el embarazo, e incluso cuando están planificándolo, porque el alcohol ya puede tener un efecto tóxico o teratógeno en el momento de la concepción".
Entre las consecuencias físicas que el síndrome alcohólico fetal (SAF) puede tener en el desarrollo del feto, los expertos destacan que estos niños presentan unos rasgos característicos en la configuración de la cara, como hendiduras palpebrales cortas, labio superior delgado, desaparición del surco entre la nariz y el labio superior. Además, pueden presentar también malformaciones de otros órganos, como el corazón, o alteraciones en el desarrollo del cerebro.